- Primero: Por haberse involucrado directamente como negociador con un grupo de malhechores, concediéndoles la categoría de interlocutores válidos y dando carta de naturaleza a una banda de delincuentes.
- Segundo: Por haber cedido la iniciativa a los secuestradores, que han marcado en todo momento la evolución de los acontecimientos, obligando al gobierno a improvisar sus reacciones y evidenciando la ausencia de una estrategia global de principio.
- Tercero: Por haber tomado decisiones sobre la base informaciones incorrectas, o no suficientemente contrastadas, lo que se ha traducido en actuaciones poco justificadas.
- Cuarto: El hecho de haber permitido las presiones ejercidas por la opinión pública, los medios y las familias, ha supuesto la aceptación de la responsabilidad por un posible desenlace fatal, asumiendo una culpabilidad y una tensión insoportables . Lo que ha llevado en definitiva a claudicaciones improcedentes.
- Quinto: Considerar como un éxito lo que no ha dejado de ser una humillante rendición, aceptando el pago de rescate y poniendo en entredicho la capacidad y la profesionalidad de importantes instituciones del Estado.
- Sexto por no continuar hasta la nausea, la pérdida de credibilidad del gobierno, no sólo cara al exterior, al haber actuado insolidariamente con sus aliados sin respetar los protocolos acordados, sino ante los propios españoles, que se han sentido defraudados por unos políticos que les han ocultado o les han faltado a la verdad.
Curiosamente la captura y posterior entrega a la Justicia de dos secuestradores, puede que haya entorpecido , y seguramente encarecido, los acuerdos "entre las partes", pero la persecución de la delincuencia no es algo por lo que se deba censurar a un gobierno. Lo que sí constituiría una actuación muy grave sería tratar de interferir en la acción de la Justicia, deteriorando la imágen de independencia que se le supone en un Estado de Derecho. De ser así , habría que añadir un punto más, y en un lugar destacado, a la relación de incompetencias que hemos señalado.
Dicho esto, y para aquellos que quieran ampliar el tema con un enfoque diferente del habitual , adjuntamos el artículo "El Alakrana y La Teoría de Juegos," de nuestro compañero José Carlos Gómez Borrero, que creemos que conserva su interés a pesar de que se conozca el desenlace de este infortunado acontecimiento.
http://sites.google.com/site/distritodesalamancapp/articulos
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